El espíritu de la eternidad
Icono de una familia de grandes
vinos, traslada el alma de la tierra que le vio nacer hace siglos a cada una de
las gotas que forjan su leyenda.
Oremus es símbolo y muestra de la recompensa del
tiempo, de la experiencia y el conocimiento, del verdadero saber hacer en el
arte del vino.
Sólo en años excelentes, cuando la cosecha de granos nobles es
especialmente abundante, se recoge gota a gota la esencia natural que rezuman
las uvas nobles para luego convertirla en Oremus Eszencia, vino de leyenda y secretos místicos.
El Oremus Nectar, nacido en el pago de Oremus, destaca entre todos los
vinos Aszú. Es una bebida de increíble riqueza, a la que nada se le puede
igualar en el mundo. Tiene un bajo contenido de alcohol (1 a 3 %), ya que la
cantidad de azúcar que en él se concentra no alcanza a fermentar, de manera que
no es nada raro un azúcar residual de 500 o más gramos por litro.
Las bayas Aszú son recogidas una a una. No olvidemos que cada vendimiador
recogerá entre 5 y 10 kg
de uvas al día. Las bayas se dejan reposar durante 15 a 20 días en la nave de
vinificación de Oremus, y su cantidad aumenta paulatinamente hasta el fin de la
vendimia. Durante esos días la leve presión ejercida por el peso propio de los
granos causa la extracción del mosto contenido en ellos.
Tras ese tiempo el mosto se
lleva a recipientes de cristal de 50 litros donde realizará una lentísima
fermentación. Al cabo de 2 años se traspasa a barricas de 68 litros llamadas "átalag", donde continuará refinándose. Finalmente se cría en botella en una
trayectoria que podrá durar incluso varias décadas.